EN ALIANZA: EXPERIENCIA DE LA COMUNIDAD DE SAN SEBASTIÁN

La experiencia de la vida comunitaria en la Alianza en San Sebastián... 

  

Hoy, 23 de abril hace 2 años que empezamos a vivir juntas como Comunidad de Alianza. 

Desde el principio – desde que se nos invitó a vivir esta experiencia – teníamos claro: que éramos enviadas cómo comunidad de presencia en el Proyecto de la Fundación Gizaïde, fundada en 1997 por las Siervas de María de Anglet, Cáritas Diócesis de San Sebastián y la Congregación de los Salesianos con el objetivo de atender y acompañar en su proyecto de vida a personas que padecen una Enfermedad Mental y/o un alto riesgo de marginación social, así como especiales dificultades en su recuperación e inserción social.


Queríamos ser una comunidad que busca al Señor y en la que nos ayudamos a vivir centradas en Jesucristo, alegres en nuestra identidad de mujeres consagradas como Siervas de María de Anglet y Hna de la Compasión en camino de Alianza.

Éramos conscientes que la vida fraterna requería un tiempo para conocernos, aceptando nuestras diferencias como don de Dios y vivir la complementariedad que nos pide la misión de Alianza.

Lo aceptamos como una oportunidad de vivir el sueño de "otra Vida Religiosa posible".


Desde el principio partimos que teníamos que "nacer de nuevo" (Jn.3, 2-8) al que consideramos como texto fundante de nuestra comunidad, así como Rom.12, 2 "transformaos con una mentalidad nueva para discernir la voluntad de Dios". Y del canto: "Comienza un nuevo caminar, con la ilusión de quien estrena un sueño…"

Continuamos en este camino constatando que somos distintas en nuestra forma de ser y que venimos de haber vivido procesos muy diferentes… por lo que no siempre nos resulta fácil la convivencia…


Nuestra misión se concreta en la presencia de la comunidad y acompañamiento como voluntarias a:

  • el Hogar de Acogida: son 13 mujeres Enfermas Mentales con escaso o nulo apoyo familiar y social. Con supervisión intensa de educadoras todos los días del año, siguiendo un plan individualizado y con las cuales vivimos bajo el mismo techo.
  • el Centro de Día son 22 personas que vienen todos los días en horario de 10H a 16,30. Son personas afectadas de trastorno mental que presentan dificultades en su funcionamiento psicosocial autónomo, y a 3 mujeres que viven en un Piso de la Parte Vieja de la ciudad. Es un piso de baja supervisión física ya que acuden a él aquellas mujeres que ya han realizado un proceso personal y existe en ellas cierta autonomía en la toma de decisiones y responsabilidad de su propia trayectoria vital.

Antes de comenzar a vivir juntas, algunas ya participábamos en proyectos de Cáritas en la ciudad (Aterpe, Eutxi…) y también se nos propuso la posibilidad de participar en Laguntza (Comedor para inmigrantes que durante el día permanecen en la calle o realizando algún curso de formación y después duermen en nuestro mismo edificio Hotzaldi y con los cuales sólo nos separa la puerta de un pasillo). Con la pandemia todo esto ya no ha sido posible porque aquí en Donostia no podemos hacer voluntariado personas mayores de 65 años. Con lo cual en este momento llevamos ya este año dedicadas exclusivamente al Proyecto de la Fundación Gizaïde con las personas con Enfermedad Mental.


Antes de vivir juntas y en los comienzos, fuimos acompañadas por Graciela y Carmen que fueron de gran ayuda. Ahora la que nos sigue acompañando es Carmen Chávez de forma sencilla, cercana y afectuosa a la vez que exigente y dejándonos ser nosotras mismas. Se hace presente (de vez en cuando) tanto con su presencia física como por otros medios de comunicación.

Después de un tiempo viviendo juntas, hemos sido capaces de formular nuestro Proyecto Apostólico Comunitario plasmando quiénes somos y que queremos vivir; la Palabra que nos ilumina y en qué concretamos nuestra misión, así como los medios que nos damos para vivir todo eso.

Como todo grupo, tenemos nuestras tareas distribuidas por turnos semanales tanto las tareas de la casa, oración preparada con esmero por cada una… como permanencia en la vivienda (Siempre tenemos que estar alguna en casa por si surgen imprevistos y se nos necesita…)


Somos conscientes y nos llena de alegría el saber que vamos dando testimonio comunitariamente, sin protagonismos de ninguna al exterior del Proyecto. Nos lo han verbalizado en varias ocasiones diciéndonos: "No os hacéis idea de lo que significa el que os tengamos aquí con nosotras",“y esto tanto por el personal de Gizaïde, como los de Cáritas y las propias usuarias, que nos quieren mucho y nosotras a ellas. A nosotras eso nos anima porque somos conscientes de que la misión y el testimonio debe de ser siempre comunitario y vemos que así nos perciben.

Nos descubrimos ilusionadas y agradecidas a nuestras Congregaciones por esta oportunidad de vivir en Comunidad de Alianza   que nos impulsa a ir más lejos… a abrir nuestros oídos, nuestros ojos y nuestro corazón a nuevas realidades en el entorno, en la zona, en el país y en el mundo.


En tiempo "normal", para nuestra Formación Permanente, acudíamos a Retiros y Charlas organizadas por CONFER y otras Entidades de la ciudad, pero en este año de Pandemia, hemos recibido Formación “abundante” vía on line organizadas por la Diócesis y el Centro Loyola (Jesuitas) que nos están manteniendo atentas, activas y despiertas a otras realidades.

Este tiempo ha pasado rápido pero también hemos tenido que afrontar imprevistos de enfermedad… en la propia comunidad que lo hemos vivido con serenidad, ayudándonos mutuamente. 

También ha habido otros imprevistos, además de la pandemia que a todas nos está afectando, pero de manera especial a nuestras mujeres enfermas e incluso hemos vivido algún contagio y un fallecimiento.


Nuestro deseo es seguir caminando con esperanza e ilusión, abiertas a lo que el Espíritu quiera de nosotras, y que no sabemos a dónde nos puede llevar…