Al referirse a la Asunción de María, la Iglesia Católica enseña que el cuerpo de María fue glorificado inmediatamente al final de su vida terrenal. Dado que María fue la primera persona que dijo "si" a la Buena Nueva de Jesús (Lucas 1:38) y mantuvo su devoción a Cristo incluso después de su muerte y resurrección, se la considera el modelo perfecto para los cristianos. Como ejemplo ideal de discipulado, creemos que María recibió tempranamente la bendición prometida de la resurrección corporal que todos los cristianos recibirán algún día.
El 15 de agosto es la fecha en que celebramos la Asunción de la Virgen.
La tercera aparición de María a Bernadette, el 18 de febrero de 1858, en la que la bella Señora le dijo: "No te prometo hacerte feliz en este mundo sino en el otro"; ¿no es lo más parecido a esta fiesta?
La fiesta de la Asunción es la más bella y más grande fiesta mariana de nuestro año litúrgico. Celebramos a Cristo, por supuesto, pero también a María, que ha ascendido con su cuerpo a la gloria de Dios. Durante las apariciones en la Gruta de Massabielle se intercambiaron pocas palabras, pero hay dos que son fundamentales.
La primera fue durante la tercera aparición, cuando María le dijo a Bernadette "No te prometo la felicidad en este mundo, sino en el otro". La felicidad del otro mundo no es la que nos espera después de la muerte. Es la felicidad de este mundo que se inaugura con sus apariciones, en las que la relación es de amor entre María y Bernadette.
Es en el mundo del amor donde se nos promete la felicidad. Es porque amamos, porque damos, porque recibimos, que podemos vivir de este amor.
Y así descubrir la felicidad que Dios ha venido a traernos. Y luego, otra aparición cuando María revela su nombre "Yo soy la Inmaculada Concepción". En ese día, María revela que el designio amoroso de Dios se realizó plenamente en ella, pero que también nosotros podemos beneficiarnos de la misericordia que a María se le concedió anticipadamente, reconciliándonos con Dios mediante el don de su perdón.
Esta es la inocencia que podemos recuperar. Es ya la gloria que se nos promete y se nos ofrece. Es una invitación a seguir a Cristo humildemente, paso a paso, para que un día podamos entrar en su gloria.
Porque ya paso el invierno y se fueron las lluvias
Aparecieron las flores sobre la tierra,
Llego el tiempo de las canciones.
Levántate amada mía, ¡ ven hermosa mía!
En la noche busque al amor de mi alma.
En mi árido jardín El hizo su morada.
Con perlas de Rocío cubrió El mi cabeza.
Mi alma esta bella, mi bien amado llega.
Ven amada mía, ven a mi jardín,
El invierno ya paso, y las viñas en flor.
Exhalan su frescor, ven a mi jardín.
Habla mi bien amado atisba en la ventana.
El fruto está maduro mi alma esta presta.
Espero su llamado pidiéndome abrir,
Arrulla la paloma, mi bien amado llega.
Ven amada mía, ven a mi jardín,
Que el invierno ya paso y las viñas en flor,
Exhalan su frescor, ven a mi jardín.
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